Hoy en día todas las organizaciones tienen una base de datos. Incluso aquellas que apenas emplean software, tienen sus datos almacenados en algún lugar. Sin embargo, tener los datos almacenados no es suficiente para poder sacarle partido a la información. La información es la “gasolina” de nuestro proceso administrativo y si no la tenemos bien almacenada, puede resultar inútil o incluso peligrosa.