Aunque comprendes el comportamiento del perro de tu vecino, sus ladridos se han vuelto constantes y muy molestos. Tu rutina o tu sueño se ven afectados y no sabes qué hacer. ¿Cómo puedes obligar a tu vecino a que tome cartas en el asunto?
El primer paso debería ser, siempre, una conversación tranquila y amistosa. Acércate a hablar con tu vecino y coméntale la situación. Es posible que pase mucho tiempo fuera de casa y no sea consciente del problema. O tal vez no ha considerado que los ladridos pueden afectar a sus vecinos. Quizás está al corriente y ya está trabajando con el problema.
Lo mejor es que llames a su puerta y hables cara a cara con él. De manera amistosa se solucionan muchas cosas. Ten empatía y explícale el problema, sin acusarle ni asumir que no va a molestarse en buscar una solución. Dale la oportunidad de responder. Si tu vecino no sabe qué hacer al respecto, sugiere recursos que pueda utilizar para solucionar el problema, incluyendo la ayuda profesional.
Si el perro ladra cada vez que entras en tu casa o tu jardín, o cada vez que pasas cerca de su propiedad, puedes tratar de bloquear su visión plantando un seto o levantando una valla. Si los ladridos son territoriales, a veces es suficiente con bloquear su visión para eliminar la sensación de amenaza del perro y, por tanto, sus ladridos.
Pero los perros no sólo perciben tu presencia visualmente. También te oyen y te huelen. Si bloquear la vista no es suficiente, podrías intentar hacerte amigo del perro.
Una vez se acostumbre a ti, es posible que no te perciba como una amenaza y deje de ladrar. La idea es que el perro se acostumbre a tu olor y a tu presencia, por lo que es importante que te vea a menudo. Si vives en una finca al lado de tu vecino, pasa más tiempo en el exterior. Si vives en un piso, trata de encontrarte con el perro todos los días o de pasar a ver a tu vecino hasta que el perro te conozca. Naturalmente, para esto último, debes contar con su permiso. Pídele que te presente al perro, hasta que logres una relación de confianza con él.
No des comida o golosinas al perro sin permiso de su dueño. El perro podría tener problemas de salud, o tal vez su dueño le esté educando para que no acepte alimentos de extraños.
Si tu vecino no toma ninguna medida y no logras que atienda a razones, puedes recurrir a las acciones legales. Existe una normativa de ruidos que hay que cumplir y tu vecino tiene la obligación de adaptarse a ella.
Qué puede hacer mi vecino para que su perro no ladre
Conseguir que un perro deje de ladrar es un proceso largo. Requiere tiempo, trabajo y mucha paciencia. Debes tener en cuenta que, cuando tu vecino comience a realizar el entrenamiento, aún pasará tiempo hasta que comiencen a verse los progresos.
Lo primero de todo, es tratar al perro con amabilidad. Tu vecino debe estar tranquilo y firme, pero no gritar al perro. El perro entiende los gritos como ladridos, por lo que lo único que conseguirá es que ladre aún más.
El perro debe ser entrenado para comprender la orden “Silencio”. Para ello, pueden seguirse estas pautas:
- Cuando el perro ladre, tu vecino debe emplear la orden “Silencio” con voz firme y calmada. Llevar el dedo a los labios u otra señal visual hará que el perro asocie dicha señal con la orden (son muy receptivos a este tipo de señales). Cuando el perro deje de ladrar, aunque solo sea para tomar un respiro, es importante elogiar al perro y darle una recompensa. Y tener cuidado de no recompensarlo cuando esté ladrando.
- Con tiempo, se dará cuenta de que cuando deja de ladrar, recibe un regalo.
- Tu vecino no debe permitir que su perro ladre en algunas situaciones. Los ladridos llevan consigo una descarga de adrenalina que los hace agradables. Si, por ejemplo, tu vecino permite que el perro ladre al cartero, sin darse cuenta, está estimulando su agresividad para situaciones similares.
Además, es buena idea cansar al perro antes de irse de casa. Si tu vecino le lleva a dar un paseo, a correr, o juega un rato con él antes de irse, el perro estará más tranquilo hasta su regreso.
Los ladridos excesivos también pueden ser síntoma de algún problema médico, desde picaduras de abeja hasta dolores o enfermedades cerebrales. Es buena idea acudir al veterinario para descartar este tipo de causas.
Para minimizar los ladridos, tu vecino puede también tomar una serie de medidas que contribuyan a eliminar la motivación:
Ladrido territorial, de alarma o por miedo.
Este ladrido está motivado por el miedo o como respuesta a una posible amenaza. El perro protege a su familia y su territorio. Para disminuir este comportamiento, si el perro está en un patio o jardín, tu vecino puede poner setos o vallas que dificulten su visión del exterior.
Aburrimiento o soledad.
Si el perro tiene actividades o compañía más a menudo, su sentimiento de soledad disminuirá. También es buena idea sacarlo a dar una vuelta antes de irse de casa. Dejar algún juguete dispensador de comida o algún entretenimiento seguro puede mantener al perro ocupado varias horas. Después, esperará tranquilo hasta el regreso de su familia.
El perro ladra cuando está solo en el exterior.
Llevarlo dentro de casa disminuirá los ladridos. Sin embargo, si se aburre, puede seguir ladrando dentro, por lo que debe tener estimulación mental y realizar ejercicio y actividades para estar tranquilo y feliz.
Ladridos para saludar o jugar.
Tu vecino debería entrenar a su perro para que no ladre cuando la puerta se abra. Si tu vecino acaricia a tu perro al llegar, está fomentando este comportamiento, ya que realmente le está recompensando por ladrar al recibirlo. Es buena idea impedir que pueda acercarse a ella y no hacerle demasiado caso hasta que pase un rato (unos minutos son suficientes). Cuando el perro comience a mostrarse tranquilo, puede empezar a dejar que se acerque a la puerta de entrada. Asimismo, el perro debe aprender a esperar dentro de casa cuando se abra la puerta.
Llamada de atención.
Si el perro ladra para reclamar atención, tu vecino debe trabajar para eliminar este comportamiento. Si le da lo que quiere, está recompensando los ladridos. Es buena idea enseñar al perro a avisar tocando a su dueño con el hocico, tocando la puerta o acercándose a ella, tocando el plato para pedir comida, es decir, buscar alternativas a los ladridos. El perro puede aprender a comunicarse sin ladrar.
Ansiedad por separación.
En este caso, tenemos un comportamiento que resulta difícil de tratar. Es posible que tu vecino necesite ayuda profesional. Existen adiestradores experimentados que podrán comenzar el entrenamiento del perro de manera adecuada. Asimismo, puede ser necesario que el veterinario le recete algún medicamento para tranquilizar al perro hasta que la nueva conducta comience a manifestarse. Mientras tanto, un chalecho antiansiedad para perros puede ayudar.
¿Puedo emprender actuaciones legales contra los ladridos del perro de mi vecino?
Si los ladridos del perro de tu vecino causan molestias y no has logrado solucionarlo de manera amistosa, puedes presentar una denuncia ante la policía, o incluso una demanda judicial. Esta debería ser la última opción, cuando nada más ha funcionado.
Los ladridos ocasionales no son denunciables, pero sí los continuos o los que interfieren significativamente en nuestro descanso, pudiendo ocasionarnos problemas de salud.
En este caso, se puede aplicar el Código Civil, además de la Normativa de Ruidos. Es importante señalar que, existen unas ordenanzas que regulan los decibelios permitidos.
La policía comprobará el nivel de ruido emitido por los ladridos del perro. El número de decibelios permitido depende, por lo que deberás buscar las normas correspondientes. Como referencia, la OMS (Organización Mundial de la Salud) establece un límite recomendado de 60 decibelios durante el día y 40 decibelios por la noche.
Si esta vía resulta improductiva, el siguiente paso es presentar una demanda judicial, amparándote en el Código Civil. En este caso, es importante poner el caso en manos de un abogado.
¿Qué consecuencias puede tener una denuncia por los ladridos del perro?
La Ley de Propiedad Horizontal, establece la prohibición de desarrollar actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas. Si el perro de tu vecino causa molestias excesivas y constantes, la Comunidad de Propietarios podría ampararse también en ella para que la Ley actúe.
Para ello, el comié de convivencia de la unidad, a iniciativa propia o de cualquier vecino, debe requerir a tu vecino para que su perro deje de ladrar. Si éste no hace nada al respecto, se puede presentar la demanda judicial.
Conclusiones
- Todos los perros ladran, ya que es una de sus formas de comunicación.
- Cuando los ladridos se vuelven molestos, es necesario actuar.
- Si el perro de tu vecino ladra excesivamente, puede deberse a distintas causas.
- El primer paso es hablar con tu vecino y tratar de resolver el problema de forma amistosa.
- Es posible que tu vecino no sea consciente del problema.
- También puede ser que esté tomando medidas, pero aún no se vean los resultados, por lo que deberás tener paciencia.
- Tu vecino puede adiestrar a su perro para que deje de ladrar.
- Atendiendo a la causa del ladrido, tu vecino puede tomar distintas medidas.
- Los dispositivos anti-ladridos no son recomendables, no funcionan con todos los perros y en algunos casos pueden fomentar la agresividad del perro.
- Si tu vecino no atiende a razones, puedes emprender acciones legales, denunciándolo a la policía o presentando una demanda judicial.
Fuente: redcanina.es