Existen algunas personas que adoptan la contraria de forma sistemática en una conversación. Si tienes una opinión, ellos opinan lo contrario; si afirmas que una película o libro es de gran calidad, ellos consideran que, en realidad, no era de gran valor. Y pueden llevar a cabo eso durante todo el tiempo que transcurra la conversación, desde diez minutos hasta dos horas.
En ocasiones, pueden ser estimulantes, debido a que favorecen el debate y te impulsan a pensar, pero cuando te encuentras con alguien que, de manera sistemática, se opone a todo lo que dices una y otra vez, llega un momento en el que te estresan, te cansan, te deprimen o incluso te enfadas.
¿Por qué hacen esto?
Los motivos que llevan a una persona a adquirir este estilo de conversación son diferentes.
1. El competitivo con baja autoestima. Algunas personas adoptan la contraria debido a que les agrada discutir, les resulta estimulante y es para ellos una esfera de juego, una competición en la que intentan ganar dejando a su adversario sin argumentos o haciéndole cambiar de opinión. Esto los divierte y les otorga la sensación de superioridad cuando “ganan”. No tienen nada especial contra ti, solo son individuos competitivos a los que les agrada ganar y siempre que pueden convierten cualquier cosa en una competición.
Es un modo de ensalzarse a sí mismos. En realidad, en muchos casos pueden experimentar problemas de autoestima, que tratan de compensar de este modo: creciéndose el derrotar a los demás. El inconveniente radica en que cuando alguien pretende revelarte que te equivocas en todo los que dices, puede acabar provocando que te sientas mal.
Qué hacer. Si te encuentras con una persona así, puedes optar por disfrutar del debate de vez en cuando (sobre todo si eres del tipo de persona a la que le gusta este tipo de discusiones) y utilizarlo para aclarar ideas o ver las cosas de otro modo, pero si sucede demasiado a menudo y notas que te estresa y te hace sentir mal, pon una adecuada distancia entre esa persona y tú: solo a pequeñas dosis. Si la dosis de conversación antagonista empieza a ser más alta de lo que puedes asimilar, siempre puedes mirar el reloj y decirle que tienes una cita y debes marcharte de inmediato.
2. El sádico. Otras personas tratan de hacer esto simplemente para fastidiarte, hacerte sentir mal, insinuando que te equivocas una y otra vez. Por ejemplo, si le dices “me costó un poco, es bastante complicado”, te responden “en realidad, yo creo que es bastante fácil”. Si le dices “se trata de un escritor inteligente”, te responden “solo para gente de inteligencia media”.
Estas personas no solo te llevan la contraria, sino que al mismo tiempo te están llamando idiota de una manera solapada (o no tan solapada). Si dices algo equivocado no dudan en hacerte ver lo mal informado que estás y hay un cierto grado de maldad y, a veces, cierto sadismo en sus palabras. Simplemente disfruta haciendo que te sientas mal, que te sientas inferior, torpe o equivocado.
Qué hacer. Si te encuentras con una persona como esta, sal corriendo. No entres en su juego. No dejes que te haga dudar de ti ni que te haga sentir como un idiota. Simplemente dile que tienes algo que hacer y vete, y no le vuelvas a dar oportunidad de hablar contigo. No vale la pena.
Fuente:
Ana Muñoz, Los que siempre te llevan la contraria. Quiero vivir mejor. Consejos y recetas para una mejor salud. https://www.aboutespanol.com/. Noviembre de 2019